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lunes, 27 de agosto de 2012

19

Despertamos con el sol que aplasta y la arena que arde, raspando la piel como una lija. Los ojos se entornan regulando el brillo blanco del desierto que se extiende, atrás nuestro, al infinito, a los costados, al infinito, hacia adelante, al infinito. Pero hay algo adelante, dominando el centro del paisaje, partiéndolo en dos como una enorme aguja negra y difusa (como un cohete, diríamos, si no hubiésemos olvidado las cosas de este mundo). Adelante, siempre lejana e inalcazable, se alza la Torre.

Deliramos de calor y de sed. Pero seguimos avanzando, mudos, paso tras paso, hacia la Torre. Sabemos que vamos a llegar ahí algún día, quizás vivos.

Es ka.

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Hace muchos años encontré en la biblioteca de mi tía (muchas horas he pasado perdido ahí adentro) una edición de "La Torre Oscura", de Stephen King, con unas ilustraciones increíbles de Phil Hale que me engancharon al instante. Era el segundo episodio de la serie (en esa edición se llama "La Invocación", pero el nombre original es "La Llegada de los Tres"), y en ese momento, en gran parte gracias a esas ilustraciones, rompí mi regla de nunca empezar a leer una historia a menos que sea por el principio. En la biblioteca no estaba el primer tomo, pero yo tenía que empezar a leer inmediatamente. Así que despertamos, agotados y maltrechos, en una playa perdida, Roland de Gilead y yo, para continuar una aventura en la que yo era un recién llegado y a la que, extrañamente, todos los demás personajes parecían llegar de la misma manera: desde un mundo ajeno (el mío, el nuestro), por algún extraño encantamiento, y teniendo que aprender a creer en esa nueva realidad inexplicable en la que se jugaban la vida. 

Hoy, muchos años después de esa primera lectura aislada (porque en su momento no encontré más tomos de La Torre) tengo entre manos la primera parte de la saga, "El Pistolero". Y desde la primera página me encontré absorvido, otra vez, por esa extraña magia negra. Ya se me llenaron las botas de arena, ya me arde de sed la garganta, ya me lastima los ojos tanto resplandor de desierto. Y esta vez pienso llegar, sea como sea, quizás vivo, hasta la Torre. 

Es ka.  

1 comentario:

  1. Es una saga increíble, especialmente sus pirmeros volúmenes. ¡Un saludo!

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